Está vencida. Ya no es muerte sino pascua desde que Cristo resucitó. Cuando llegue ya no estaremos ahí. A nadie se lleva. Sólo acompaña a quien da el paso del tiempo a la eternidad. Desde la fe se ve como liberación, llegada, y oblación.

Morir es un verbo de necesaria conjugación para vivir plenamente. Sólo muriendo a todo lo que es muerte se puede vivir de verdad. Podemos vivir un instante si en él morimos a todo lo que no elegimos o aceptamos.

La pascua es un gran “sí” de fe, esperanza y amor. Nadie tiene más amor que quien da la vida por lo que ama. Quien da la vida en un acto de amor liberador, pasa de vida a Vida.

No se respira ni se palpita ya al término de la vida. Ya no hay soplo para el pulmón ni gota para el corazón. Queda inmovilidad y silencio porque se desnuda el alma de su traje corporal para trascender.

Se recuerda a los que vivieron, a los que dejaron de vivir, a los que se amó o se admiró. Y la cultura de estas tierras tiene calaveras diseminadas en calles y plazas, de tamaño olmeca. Se convierten, por su blancura, en lienzo ondulante para decoraciones policromadas y abigarradas. Con dentadura en implacable sonrisa, saludan a todos.

El esqueleto femenino tiene atuendos suntuosos y la catrina es imitada por mujeres vivas que lucen una lúgubre elegancia en desfiles festivos con danza y música.

Altares en los hogares y ofrendas en las plazas y las escalinatas. Los cementerios del sureste semejan mesones improvisados de comida típica para agasajar a los espíritus visitantes.

Se acostumbra juntar en anticipo la vesperal e importada noche de brujas y hacer desfiles de catrinas y alebrijes en pleno día de Todos los Santos. Quizá porque es el día dos cuando se da el peregrinar hacia las tumbas para rezar.

Hay también publicaciones de versos llamados “calaveras” en que, en breves líneas, chispea la jocosidad de las ocurrencias que tipifican el variado abanico de los fallecimientos inventados de vivos bien conocidos.

Con el acercamiento de Colombia a Venezuela y el triunfo electoral de Lula en Brasil, puede crearse el triángulo ecológico necesario para proteger la región amazónica tan amenazada y ya invadida por taladores ambiciosos.

Es interés de toda la humanidad el cuidado de ese gran pulmón planetario en que luchan por su supervivencia muchas especies vegetales y animales.

Las pocas selvas que quedan en África y en el subcontinente americano requieren un creciente plan unánime de protección.

ATENeíSMO: MáS DE SIGLO Y MEDIO

Centésimo quincuagésimo quinto aniversario. Un plantel que se llama Fuente y que ha dado centenares de bachilleres a las universidades. Con profesores que se recuerdan con gran admiración no sólo por su enseñanzas sino también por sus peculiaridades y originalidad inolvidables.

La arquitectura escalonada de su edificio es muestra icónica de audacia arquitectónica. Lo de Atenas aplicado a Saltillo se puede deber, en gran parte, a la trascendencia que ha tenido este centro preparatoriano en tantas generaciones de ahora profesionales de tantas especialidades hacia todos los horizontes... ¡Salud!