En el mercado se ofrecen EPI certificados conforme a las normas adecuadas para bomberos, pero es importante verificar su compatibilidad entre ellos
En el presente artículo describo la dotación principal que precisan los bomberos forestales (ver figura 1), no solo para el vestuario de protección sino también para los cascos, guantes y botas, con base las normas EN vigentes, puesto que no se dispone de normativa específica para el conjunto.
La norma especifica el diseño básico de las prendas protectoras del cuerpo mediante un mono, dos piezas con zona de solapado o varias prendas internas y/o externas que deben usarse conjuntamente (ver figuras 2 y 3). En la tabla A se especifican los requisitos térmicos, mecánicos, ergonómicos y de confort que se exigen para los materiales que constituyen la prenda de protección. Como es preceptivo, las muestras antes del ensayo son acondicionadas mediante un proceso de limpieza (mínimo 5 ciclos), siguiendo las recomendaciones del fabricante. La variación dimensional, tras cinco ciclos de lavado o limpieza en seco, tanto en dirección trama como en urdimbre, no debe exceder del 3%.
Figura 2 (izq.): Vestuario para bombero forestal de una sola pieza. Figura 3 (dcha.): Vestuario para bombero forestal en dos piezas, chaqueta y pantalón. Foto: Oroel.
Características del diseño
A continuación, se indican diversas características que se exigen en el diseño de la prenda:
La etiqueta de marcado de la prenda debe incluir, entre otra información, las instrucciones de lavado, talla, lote o serie y el gráfico de bomberos (ver figura 4), significando los códigos A1 o A2 si la prenda pasa o no pasa el ensayo opcional de llama en el borde de la muestra (EN 15025-B).
En la tabla B se detallan los ensayos y requerimientos físicos, mecánicos y térmicos que se exigen en el estándar.
Los cascos deben disponer de ranuras de ventilación, para mejorar el confort al facilitar la circulación de aire y no deben exceder la superficie de 4 cm². La masa del casco, incluyendo arnés, pero excluyendo accesorios, no debe exceder de 400 g. Si excede de este peso debe figurar en el marcado.
En el Anexo D del estándar se describen dos métodos, con carácter normativo, para determinar la estabilidad del casco y de los protectores oculares. En ambos casos se utiliza una estufa con circulación de aire, conforme ISO 17493, colocando el casco en una cabeza de pruebas normalizada, según los procedimientos siguientes:
En ambos casos se informará de cualquier distorsión y se mide la deformación que se observe.
Accesorios acoplados al casco (ver figura 6)
Generalmente los fabricantes de cascos ofrecen accesorios que se acoplan al casco, para completar la protección de la cabeza y también aquellos que sean necesarios en la intervención, tales como:
Los guantes que protegen las manos son del tipo de 5 dedos con refuerzo en palma. El exterior es de piel flor curtida en cromo, espesor > 1 mm, resistente al agua y aceite mediante siliconado, con forro interno aislante y de confort en tejido de punto de alta resistencia e incorpora barrera de humedad a base de membrana impermeable y transpirable. Se dispone de dos modelos: con puño tubular elástico de ajuste a muñeca o con manguito largo, en serraje cuprón, de 15 cm de longitud (ver figuras 7 y 8).
Figura 7 (izq.): Guante para bombero forestal con puño elástico en muñeca. Figura 8 (dcha.): Guante para bombero forestal con manguito de 15 mm longitud. Fotos: Guantes Moran.
Los niveles de protección, conforme a normativa Europea, corresponden a los requerimientos físicos, mecánicos y térmicos exigidos al satisfacer los ensayos siguientes:
Figura 9: Modelo de bota para bombero forestal. Foto: Fal Calzados de Segurida.
El calzado se clasifica según el material externo usado en:
Asimismo cabe distinguir tres tipos:
Limitamos la descripción de la bota para bombero en un modelo debidamente certificado F2A HI3:
El material del calzado debe ensayarse también a calor radiante, con flujo 20 kW/m² y dar un valor t24(RHTI) > 40 s.
Asimismo, en el ensayo de resistencia a la llama, durante 10 s, el material no debe arder ni presentar incandescencia por más de 2 s después de retirarlo de la llama. En ambos casos se observa si ha sufrido degradación el material.
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