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Stefano Corte, en el camión de asistencia de Dainese en Cheste. / mario m. g.

Cada vez que un piloto se pone a los mandos de su moto, se ajusta su sofisticada armadura. No es de plata ni de oro, los materiales que usaban los gladiadores. En el circuito, las prioridades cambian. Sobre el asfalto, conduciendo una máquina de dos ruedas a más de 300 kilómetros por hora, hace falta ligereza y confort aparte de una protección extrema en caso de caída. Así, los actuales monos de competición son el fruto de exhaustivas investigaciones que buscan maximizar tanto el rendimiento deportivo como la seguridad.

En el paddock del circuito de Cheste se puede ver el camión de asistencia de Dainese, una prestigiosa marca italiana de ropa y protección para motociclismo. Allí se encuentra Stefano Corte, mánager de servicio de carreras. El directivo agarra uno de los monos del perchero y muestra el material del que está compuesto. «Son de piel de canguro, porque es más ligera, resistente y elástica. La piel de canguro, a diferencia de la de vaca, tiene la propiedad de la resistencia. Entonces se puede usar espesor bajo y es muy elástica y cómoda», explica.

Esta calidad se emplea en el mundo profesional. En la élite. El público general suele optar por la piel de vaca. Los monos de los pilotos que han competido este fin de semana en Cheste alcanzan un valor de casi 5.000 euros. Trajes exclusivos. «Es el top. El nivel de protección es muy alto», resalta Corte.

Los fabricantes y diseñadores cuidan cada detalle de estos codiciados monos. «La parte más importante son las protecciones de plástico. Hay en las rodillas, las tibias, los codos, los antebrazos y la espalda. Y hay airbag que cubre la parte de la espalda y las clavícula para evitar daños en el cuello», comenta el mánager.

En caso de accidente, la informática cobra un papel clave. Un sistema electrónico instalado en el mono envía información sobre el estado del piloto. Corte, a través de un ordenador, muestra el programa empleado para analizar los datos: «Controlamos lo que sucede en pista. Si se activa el airbag, como hay un GPS, podemos controlar lo que ha sucedido, dónde ha ocurrido, cómo ha caído, a qué velocidad, cuántos metros, cómo ha rodado...».

Para que el piloto se pueda mantener hidratado, el mono lleva incorporado un discreto depósito de agua de 30 centilitros en la zona de la protección de la espalda: «Tiene la capacidad de una lata. Y cuenta con un tubo adaptado para beber».

El peso medio de mono de competición es de cinco kilos incluido el airbag, aunque varía ligeramente en función de la envergadura del piloto. Cada traje se ajusta a las medidas exactas del deportista. Uno de uso convencional, en cambio, alcanza los siete kilos al estar fabricado con piel de vaca.

«En cada gran premio del Mundial, llevamos cuatro o cinco monos por piloto por si hace falta cambiarlo. Y si se dañan no lo reparamos aquí, sino en la tienda posteriormente», comenta Corte. Dainese, que celebra sus 50 años de historia, protege a seis pilotos de MotoGP, dos de Moto2 y siete de Moto3. Una valiosa piel.