Crónica: El Real Zaragoza, incapaz de ganar ante 10 al Alavés, pierde 1-0 en Vitoria

2022-11-07 15:23:25 By : Ms. Dela Chen

Jason, de falta directa, anotó el 1-0 para dejar en evidencia al pobre equipo de Carcedo una vez más. Los vascos jugaron en inferioridad desde el minuto 36 por expulsión de Benavídez.

El Real Zaragoza cayó en Vitoria por 1-0 pese a jugar más de medio partido en superioridad numérica. Es un episodio terrible para un equipo que venía ya muy tocado en su trayectoria en el primer tercio de la temporada. La incapacidad futbolística de los aragoneses fue patente de principio a fin, agravada por esa circunstancia favorable que, por segunda vez en la temporada, se convirtió en un lastre ante las carencias graves que acarrea su plantilla.

Igualada, por lo bajo, fue la primera parte. Con más iniciativa de los locales, aunque durante algún rato dejaron claramente el balón para que lo gobernase el equipo de Carcedo y buscar los contragolpes. Todo medido por Luis García Plaza, que sabía de su superioridad por las bandas en ataque. Jason percutió contantemente a Fuentes. Rioja, algo menos a Gámez. Las subidas del lateral Tinaglia fueron también constantes. Por ahí el Alavés rozó el gol en al menos tres ocasiones de las que se salvó el Zaragoza por fortuna.

Aunque el primer disparo fue zaragocista, malo de Francés en el minuto 15, fuera, la primera opción de gol clara la tuvieron los vascos en el 20. Jason falló de cabeza a puerta vacía al no llegar por un dedo al centro de Rioja después de una salida pésima de Cristian Álvarez, que acabó vendido fuera del área por error propio continuado. La segunda, en el 25, la remató Miguel de la Fuente de tacón, en una melé tras un córner mal defendido, que se estrelló en la maraña de piernas del área pequeña como podía haber ido dentro. Y la tercera, en el 28, en un chut de Jason, mordido, tras otro córner, que Álvarez detuvo en dos veces después de mostrar manos blandas en primera instancia. No destiló el argentino la seguridad de otros días.

A esta primera media hora de dominio claro del Alavés replicó, tímidamente, Vada con un remate desde el borde del área, flojo, que Sivera paró con comodidad. El portero albiazul no se había manchado la ropa, inédito. El Zaragoza no daba muestras de nada en ataque, espeso, torpe en los pases clave. El cuadro vitoriano bajó el pistón a partir de ahí, como cansado. Mostró falta de chispa el equipo vasco toda la noche, al ralentí muchas veces, previsible. Los de Carcedo, metidos muy atrás con sus tres centrales, los dos laterales y el apoyo constante atrás de Grau y Zapater, no intentó apenas aprovechar estos factores favorables.

Y en el minuto 36 el partido giró en su rumbo de un timonazo seco. El árbitro, a instancias del VAR expulsó al medio centro uruguayo Benavídez por una patada peligrosa sobre Mollejo en medio campo que, en principio, solo había sancionado con amarilla. El Alavés se quedaba en inferioridad. Un hecho que obligaba a Carcedo a mover sus resortes tácticos y ponía a prueba al Zaragoza, como aquel día contra el Eibar en el que no supo ganar con uno más durante una hora de partido. Los locales se echaron atrás en espera de la tregua del intermedio. Y en una jugada larga, la más hilvanada de los zaragocistas en la primera mitad, el balón llegó a Mollejo en el área en el minuto 39 tras un centro de Fuentes y su remate, sin potencia, lo detuvo Sivera en la que fue la única ocasión medianamente clara de los tomates (vistió de rojo el cuadro aragonés).

Lejos de acogotar a los vascos, un milímetro de fuera de juego de Rioja evitó el 1-0 en una contra alavesista en el tiempo de aumento. Guridi batió a Cristian Álvarez pero el tanto fue anulado por orsay previa en el pase último. Se libró el Zaragoza de quedar en evidencia justo cuando el duelo debía decantarse hacia el otro lado de la balanza. Un aviso serio que hizo resoplar a Carcedo y los suyos camino de la caseta.

En el segundo tiempo, el técnico riojano no modificó su conservador planteamiento, sorprendentemente. Apenas dejó en la ducha a un caliente Vada, en constante pelea con Tenaglia y amonestado. Puche fue su primera bala de refresco en busca de mayor profundidad y llegada. Para ganar y sacar provecho de las circunstancias debía cambiar de raíz la iniciativa, escasísima durante todo el primer periodo. El Alavés no movió fichas y siguió con 10 hombres a lo suyo. No tuvo buen tino el Zaragoza en los primeros minutos de dominio previsible, demasiado alborotado. Y en una contra, Miguel de la Fuente superó a Jair en velocidad (también en falta) y disparó cruzado, fuera, en una posición franca para marcar. Era el minuto 56 y llegaba otra advertencia para los tomates de que no podían fiarse atrás mientras en punta no lograban ligar una sola acción potable de peligro.

El juego se embarullo enseguida. El Alavés quería pelea. Le convenía. Y tras una falta tonta de Jair, que acarreó amarilla en el 61, Jason marcó un golazo directo desde 25 metros por la escuadra lejana. A balón parado sabido es que no hay inferioridades. Con uno menos, los vascos ya eran mejores que el romo y atrancado Zaragoza de Carcedo. Olía a tragedia. El entrenador, ahí sí, cambió el dibujo y retiró a Jair por Gueye, en un triple movimiento en el que también entraron Eugeni y Larrazabal por Zapater y el apagado Gámez. Lejos de mejorar las cosas, Jason estuvo cerca del 2-0 en el 65, en un centro medido de Rioja. Increíble, pero los alavesistas eran mejores que un Zaragoza con un futbolista más sobre el césped. Cada falta sobre el área de Cristian Álvarez era un suplicio.

Se llegó a los últimos 20 minutos y el portero Sivera no había sufrido más que en una penetración de Simeone que acabó con un despeje a córner del central Maras. Escaso bagaje, obviamente, para un Zaragoza retratado en su inoperancia. Rioja, en el 71, rondó el gol nuevamente, con un disparo seco desde la frontal que paró abajo Álvarez. Era todo lo contrario de lo que debía estar sucediendo. Hasta el 73 no llegó el primer remate zaragocista, de Lluís López de cabeza, alto, en un centro de Fuentes tras un córner. En jugada corrida, el Zaragoza no llegaba con sustancia al área vasca. Y las prisas se comían a muchos de sus jugadores.

García Plaza echó al Alavés atrás a partir del minuto 76. Era natural. Molina relevó a Grau en el último intento de Carcedo por encontrar la lámpara de Aladino en los 10 minutos postreros. Nadie lograba pisar el área con veneno. Impotencia absoluta. Como si no hubiera un plan preparado. Al tuntún todo el rato. En el 85, Puche remató mal, sin fuerza ni colocación, una jugada de Simeone y paró Sivera sin problemas. Era un querer y no poder. El público de Mendizorroza llevaba a los suyos en volandas, sabedores del mérito que tenía la noche.

El Alavés jugó el segundo tiempo con la inteligencia de un equipo hecho, cuajado, bien dirigido. En los tres minutos de añadido no se jugó nada, a través de los parones por los cambios del técnico local. Los centros al área de los zaragocistas eran inertes y, en el único que cayó con marchamo de gol, que recogió Gueye en el 93, su chut lo detuvo Sivera abajo para desesperación general de los tomates.

El final del partido fue una explosión de júbilo en Vitoria, se oyó desde Bilbao y San Sebastián. Y Carcedo y sus muchachos quedaron abatidos en un día que jamás olvidarán. En especial un entrenador que está agotado en su crédito y que necesita tratamiento especial. La plantilla, paralelamente, también queda radiografiada a la perfección con esta pifia mayúscula. Su arquitecto, Torrecilla, también pasa por la sala de rayos X. Imposible gestar un guion tan trágico como el vivido por este paupérrimo Real Zaragoza en el campo del Alavés.

Deportivo Alavés: Sivera; Tenaglia, Abqar, Maras, Duarte; Benavídez, Moya (Laguardia, 91); Jason (Arroyo, 76), Guridi, Rioja (Javi López, 89); y Miguel de la Fuente (Abdallani, 91).

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Gámez (Larrazabal, 64), Francés, Jair (Gueye, 64), Lluís López, Fuentes; Grau (Molina, 80), Zapater (Eugeni, 64); Mollejo, Vada (Puche, 46); y Simeone.

Árbitro: Hernández Maeso (Comité Extremeño). Expulsó a Benavídez, por entrada peligrosa a Mollejo a instancias del VAR (había sacado amarilla). Amonestó a Tenaglia (41), Vada (41), Abqar (45+3), Duarte (55) y Jair (58),

Incidencias: Noche gélida en Vitoria, con apenas 6 grados y lluvia fina intermitente, después de un día con constantes chubascos. El césped de Mendizorroza presentó un aspecto excelente, algo rápido por mojado. En las gradas hubo alrededor de 12.500 espectadores, entre ellos un centenar de zaragocistas.

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