Coronavirus: fabricantes de guantes luchan por seguir el ritmo de la demanda | Coronavirus | DW | 04.09.2020

2022-11-07 15:23:12 By : Ms. Cherry Hu

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Si bien los expertos en salud argumentan que lavarse las manos con regularidad ofrece una mejor protección contra el COVID-19 que los guantes, se espera que el auge actual de los EPI plantee más problema en el futuro.

Malasia es el mayor fabricante mundial de guantes de goma y representa alrededor del 60 por ciento de las exportaciones mundiales. 

Sin un final a la vista para la pandemia de coronavirus, la demanda mundial de guantes quirúrgicos, como de otros tipos de equipos de protección personal, está en auge, lo que deja a los fabricantes luchando por mantenerse al día.

Se espera que el mercado mundial de equipo de protección individual (EPI), desde mascarillas, batas y guantes hasta zapatos y geles desinfectantes, aumente de 52.000 millones de dólares en 2019 a 93.000 millones de dólares en 2027, según el especialista en datos del mercado alemán, Statista.

A los defensores del medio ambiente les preocupa que millones de toneladas de guantes de un solo uso terminen contaminando los océanos.

Y, al igual que otros productos similares que anteriormente eran predominantemente del dominio del personal médico especializado, el guante quirúrgico se ha vuelto muy buscado incluso por el público en general.

Allied Market Research, con sede en EE. UU., estima que el mercado mundial de guantes desechables ascendió a 6,8 mil millones de dólares en 2019, y se espera que casi se triplique a 18,8 mil millones para 2027.

Así como la escasez mundial de mascarillas y geles desinfectantes ha elevado los precios de esos productos, los guantes médicos de un solo uso se han vuelto cada vez más difíciles y costosos de conseguir durante la crisis sanitaria.

"Tenemos centros de salud que nos llaman todos los días para intentar conseguir guantes", dijo Sebastien Lenoble, director de Shield Scientific, con sede en Holanda, que comercializa guantes para aplicaciones médicas, industriales y de laboratorio. "Estos no son nuestros clientes habituales. Vienen a nosotros porque están desesperados por encontrar guantes". 

Un trabajador inspecciona guantes desechables en la fábrica Top Glove en Shah Alam, en las afueras de Kuala Lumpur, Malasia

Y si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que usar guantes de goma o látex en público ofrece poca protección contra las infecciones, se están volviendo cada vez más comunes en las tiendas y el transporte público de todo el mundo.

"Estamos observando un aumento de más del triple en la demanda de guantes de examen, y la demanda de guantes quirúrgicos también ha aumentado significativamente", dijo Monika Riedel, portavoz de la empresa austriaca Semperit, cuya subsidiaria Sempermed fabrica entre siete y ocho mil millones de guantes cada año.

La torre de Top GLove: según la asociación de fabricantes de Malasia MARGMA, se prevé que la demanda mundial aumente de 296 mil millones en 2019 a 330 mil millones este año. Dado el aumento, la industria pronostica una escasez que se espera dure hasta bien entrado el próximo año, dijo MARGMA

El fabricante malayo Top Glove, que se describe a sí mismo como el mayor productor mundial de guantes de goma, dijo que está recibiendo pedidos de 11 a 12 mil millones al mes, en comparación con los 4,5 mil millones antes de la pandemia.

Como resultado, los clientes ahora deben esperar casi 600 días para que se llenen sus pedidos, en comparación con un tiempo de entrega normal de 30 a 40 días, dijo el director ejecutivo, Lim Wee Chai. 

Además, con la escasez de materias primas, los costes de producción también están aumentando. "La escasez de materia prima para nuestros guantes de nitrilo y la interrupción del suministro o producción de otros materiales, como materiales de embalaje, debido al bloqueo global, ha provocado un aumento en el costo de producción", dijo Top Glove. Eso se traspasaría a los clientes en forma de precios más altos.

Filomena Mamani es una mujer indígenas de la cultura Mollo en la provincia Muñecas de La Paz. Es una de las bordadoras de las mascarillas andinas y cuenta que una necesidad para poder evitar el contagio de coronavirus se convirtió en una oportunidad para hacer conocer su cultura.

Filomena Mamani espera cada mañana la llegada de sus compañeras que vienen a su casa para bordar las mascarillas andinas. En la foto se la ve con una mascarilla andina con lana de oveja y tela de bayeta de la tierra.

Filomena trabaja con 100 mujeres en el pueblo de Ticamuri y cada una de ellas elabora entre cinco a diez unidades al día. Estas singulares mascarillas están hechas de bayeta de la tierra, un tejido del Altiplano hecho de lana de animales del lugar. Virginia Lipa (a la izquierda) y Carmen Soruco ( a la derecha) viven en la comunidad de Tijimuri.

Verónica Mollo (parada) y Celestina Apaqui (sentada) bordadoras de la comunidad de Tijimuri. “Las hermanas de arriba traen las lanas de llama, de oveja en este sector también hay ovejas de eso lo hacemos también y con los mismos hilos hacemos los telares”, cuenta Filomena.

Una vez terminado los bordados, Filomena los envía hasta el pueblo de Ayata, donde se encuentra Ana Alicia Layme, un líder indígena, artesana que se encarga de coordinar el trabajo de las mujeres y explica que cada prenda cuenta una historia de cómo es la vida en su comunidad.

“Promocionar el trabajo de una mujer como es aquí, por eso vas a ver en los bordados la mama cargando su guagüita (hijo) y haciendo hilando y eso es el diario vivir de la mujer siempre esta acompañada con un animal o con unas plantitas”, cuenta Ana Alicia Layme. En la foto: Elizabeth Khuno, bordadora y creadora de mascarillas andinas.

Son 700 mujeres de 15 poblaciones que se dedican a bordar con prisa las mascarillas. Cada uno tiene un costo de 15 bolivianos (2 euros). Ana Alicia explica que en 7 días lograron vender más 1.700 unidades y que con su trabajo son visibles ante la sociedad. En la foto: Celestina Apaqui, artesana de la comunidad de Tijimuri.

En la capital boliviana se ponen de moda los mascarillas andinas para poder evitar el contagio con el coronavirus. “Es cómodo, es calientito y bueno lo que más resalta aquí son los diseños mas que todo, los diseños los colores y así demostrando nuestra cultura boliviana”, cuenta la compradora local Itai González.

Por la pandemia las mascarillas son de uso obligatorio en Bolivia y quienes usan el barbijo andino sienten que están apoyando a promover su cultura. Las artesanas mujeres intentan ahora exportar sus mascarillas a los mercados internacionales. "Este es el trabajo de las mujeres que se está visibilizando en las artesanías y una oportunidad de hacernos conocer al mundo", subraya Ana Alicia Layme.

La directora de Salud Pública de Canadá dijo que las personas también deben limitar su consumo de alcohol u "otras sustancias" para que las parejas puedan tomar "decisiones seguras".  

Los avances contra la pandemia de COVID-19 podrían verse perjudicados por un mayor uso de estos elementos de protección.  

La OMS ha expresado su preocupación por el hecho de que algunas personas no mantengan el distanciamiento físico, advirtiendo que las mascarillas por sí solas no pueden proteger contra la propagación del coronavirus.  

El creciente número de contagios y el aumento de pacientes internados con covid-19 obliga a retomar medidas más drásticas, sostiene el titular de Salud, Karl Lauterbach.

Mientras que los principales síntomas de las cepas anteriores han sido la fiebre, la pérdida de olfato y el goteo nasal, el nuevo síntoma más reportado es el dolor de garganta.

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