La próxima pandemia llegará - La Razón | Noticias de Bolivia y el Mundo

2022-11-07 15:29:18 By : Mr. Shanhai Zhang

Sunday 6 Nov 2022 | Actualizado a 23:41 PM

Sunday 6 Nov 2022 | Actualizado a 23:41 PM

Por Ezekiel J.Emanuel, David Michaels, Rick Bright y Michael T. Osterholm

La Paz / 24 de octubre de 2022 / 00:45

Vamos casi por el tercer año de pandemia de COVID-19, una crisis sanitaria tan larga, disruptiva y mortífera que debería haber transformado la preparación de Estados Unidos de cara a la próxima emergencia de salud pública. Lamentablemente, no lo ha hecho.

Decimos esto como miembros del consejo asesor del presidente Joe Biden para el COVID durante las semanas que precedieron a su toma de posesión. Han surgido mejoras, por supuesto. Las principales son el rápido desarrollo de vacunas, el uso generalizado de las pruebas caseras y la adopción de medidas de vigilancia del entorno como el muestreo de los sistemas de aguas residuales para predecir repuntes a nivel comunitario. Sin embargo, estos pocos logros solo subrayan lo mucho que se debería y podría haber hecho, y que aún es necesario hacer.

Incluso en los logros, hay mucho margen de mejora. Se debería implementar el uso de pruebas rápidas y económicas en casa para detectar múltiples agentes infecciosos al mismo tiempo. El sistema nacional de notificaciones para la recopilación y muestreo de los sistemas de tratamiento de aguas residuales para detectar el COVID- 19 sigue siendo limitado, está descoordinado y no lo suficientemente estandarizado como para ser un sistema sólido de vigilancia nacional. Si las autoridades sanitarias públicas no pueden rastrear los datos para movilizar la respuesta a una crisis, de poco sirve la información recopilada.

La falta de voluntad del Congreso para asignar los fondos federales merece buena parte de la culpa, pero los fracasos no son solo atribuibles a las limitaciones financieras. Ha habido un repliegue en la preparación para las pandemias.

Tal vez la oportunidad perdida más importante es que no se haya priorizado la mejora sistemática de la calidad del aire en interiores. Toda clase de infecciones respiratorias, incluidos la gripe y los resfriados comunes, así como el asma y otras dolencias médicas, se deben a los patógenos en el aire y las partículas en suspensión.

Para mejorar esta situación, se deben establecer unos estándares nacionales de calidad del aire en interiores, y exigir que los edificios señalicen si cumplen dichos estándares. El foco inicial se debería poner en las escuelas, las guarderías, los centros de asistencia, los calabozos y las cárceles y otros entornos de alto riesgo de aglomeración.

Estados Unidos también necesita mejorar su recogida y análisis de datos. Mejorar la seguridad de los trabajadores ha sido otra oportunidad perdida. También se necesitan con urgencia estrategias para vincular a las agencias de salud pública con las poblaciones de alto riesgo, pero a las que es difícil llegar. El Gobierno aún tiene que asegurar una capacidad de producción nacional estable y cadenas de suministro de materias primas para los equipos de protección personal, incluidas las mascarillas N95 y KN95, guantes y batas desechables, y mucho menos productos farmacéuticos.

Tampoco ha arreglado el sistema de investigación clínica, que fue muy lento en generar resultados útiles en varios asuntos, como unos calendarios de vacunación óptimos y la evaluación de fármacos para mitigar los síntomas del COVID y prevenir las hospitalizaciones. La lista podría seguir y seguir, e incluir la respuesta deficiente al COVID persistente.

La pandemia de COVID-19 expuso crudamente las vulnerabilidades de Estados Unidos a unos nuevos y mortíferos patógenos que se pueden propagar rápidamente por todo el planeta y matar a un gran número de personas de forma terrible. Al vivir el trauma de los últimos años, los científicos y expertos en salud pública han podido adquirir un mejor conocimiento sobre cómo prepararse para la siguiente crisis sanitaria, dondequiera que surja. Y surgirá.

Ahora ese conocimiento se debe poner en práctica. Requerirá determinación, ambición y coordinación en todos los niveles de gobierno. Y dinero. Debemos actuar antes de que sea tarde y llegue la próxima crisis, y de que la gente se pregunte por qué no hicimos un mejor trabajo de preparación.

Ezekiel J. Emanuel, David Michaels, Rick Bright y Michael T. Osterholm son columnistas de The New York Times.

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