La creciente amenaza nuclear del Kremlin preocupa de gran manera a los Estados miembros de la Unión Europea. La inquietud alcanza un nivel global, y por tanto el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha decidido enviar una misión de inspectores a dos instalaciones nucleares ucranianas. Esta resolución se ha llevado a cabo tras el anuncio de las sospechas rusas sobre el posible uso de una "bomba sucia".
"El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) está al tanto de las declaraciones hechas por la Federación Rusa el domingo sobre supuestas actividades en dos instalaciones nucleares en Ucrania", ha señalado la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El director general de la OIEA, Rafael Grossi, ha asegurado que ambas instalaciones se encuentran "bajo las salvaguardias" de la organización.
"El OIEA inspeccionó uno de estos lugares hace un mes y todos nuestros hallazgos coincidieron con las declaraciones de salvaguardias de Ucrania”, aseguró Grossi tras recibir la solicitud este lunes. "No se encontraron actividades o materiales nucleares no declarados allí", agregó.
Estados Unidos es uno de los países que se encuentra preparado para una posible explosión nuclear, debido a su gran número de centrales nucleares. La Federal Emergency Management Agency (FEMA) es la institución encargada de mantener actualizado el protocolo para las explosiones nucleares.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) señalan que una explosión nuclear causada por una bomba implica una unión o división de átomos, fenómeno conocido como fusión y fisión, para producir un pulso u onda de calor intensos, luz, presión atmosférica y radiación.
La explosión de un artefacto nuclear genera una gran bola de fuego que vaporiza todo lo que se encuentra a su paso. La mezcla entre el material radioactivo y el material que ha sido vaporizado, crea la forma de hongo nuclear. Una vez se enfría comienza el proceso de condensación, formando partículas que caen a la tierra como lluvia radioactiva.
Un accidente en una planta de energía nuclear, un ataque con armas nucleares o incluso una bomba sucia formarían parte de un escenario de emergencia por radiación. El CDC señala tres pasos diferentes que todo ciudadano debería llevar a cabo en esta situación: entrar en el edificio más cercano, mantenerse dentro y sintonizar con los medios de comunicación.
Por otro lado, proponen una serie de actuaciones dependiendo de la situación inicial de la persona.
El primer paso es mantenerse en el interior del edificio. Será necesario cerrar todas las puertas y ventanas, tapiándolas para impedir que entre aire contaminado.
Los lugares más seguros son el sótano y la parte central del edificio, ya que el material radiactivo se asienta en la parte exterior de los edificios. En caso de que sea posible no hay que mantener ventiladores, aparatos de aire acondicionado ni unidades de calefacción por aire encendidos.
La persona tendría que tratar de adentrarse en un edificio lo antes posible. Los automóviles no ofrecen una protección adecuada en estos casos. Si es posible, los edificios de cemento o ladrillo con muchos pisos son los más adecuados para resguardarse. En caso de no poder hacerlo, estar en el interior de cualquier edificio es más seguro que estar afuera.
Dentro de lo posible, habrá que quitar la capa exterior de ropa antes de entrar en el edificio. El material radiactivo puede asentarse en la ropa o el cuerpo. Por lo tanto, también será importante lavar las partes del cuerpo que no estuvieran cubiertas. Cambiarse de ropa también podría ayudar a minimizar el contacto con productos contaminados.
Bajo ningún concepto hay que salir en su busca, ya que podría exponerlos a niveles peligrosos de radiación. Los niños y adultos que se encuentren en escuelas, guarderías, hospitales o residencias de ancianos deberán permanecer dentro hasta que las autoridades permitan la evacuación.
Lo más importante en estos casos es tratar de entrar en un edificio. Una vez hecho, habrá que quitarse la ropa y lavar las partes del cuerpo que hayan sido expuestas a la radiación.
Si es necesario moverse en el exterior, habrá que cubrirse la nariz y la boca con una máscara, paño o toalla. Esto podría ayudar a reducir la cantidad de material radiactivo inhalado.
Uno de los puntos más importantes es permanecer en un refugio por al menos 24 horas, para poder protegerse del material radiactivo exterior.
El primer paso que hay que dar es la auto descontaminación, ya que una persona podría estar contaminada y dispersarlo por la casa. Lo mismo ocurrirá con las mascotas. A continuación, habrá que asegurarse de que el hogar sea seguro, y para eso existen una serie de parámetros a tener en cuenta:
Además, también será esencial mantenerse conectado en todo momento, prestando especial atención a los medios de comunicación, que serán los que emitan instrucciones actualizadas. Para ello se puede utilizar una radio de emergencia, los mensajes de texto y las redes sociales.
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